Luces de la Romería del Rocío
Hace menos de un mes se celebraba la Romería del Rocío y por eso hoy, quiero abordar en este artículo el tema de las luces del Rocío. Éstas me han atraído desde siempre y como ya os he comentado en post anteriores, han influido enormemente en mi trayectoria fotográfica y contribuido a que la luz sea el elemento creativo fundamental de mi obra fotográfica.
Los que ya me conocéis lo sabéis y los que no, ya lo entenderéis, ¿qué es para mí el Rocío? La fiesta de la luz por antonomasia y no es solo una metáfora. Os quiero hablar de la luz como elemento, la luz de la fe que mueve a miles de peregrinos, la luz que emana de las vivencias y energías positivas, que fluyen en todas las relaciones sociales y religiosas de la Romería. Esta luz se expresa en la alegría y en la solidaridad que se vive en la Romería y se palpa muy especialmente en los caminos de peregrinación de las hermandades. En ellos el contacto directo con la naturaleza hace que las personas se relacionen de una forma más espontánea y emotiva, en la que dejan aflorar sus sentimientos, liberándose en gran parte del corsé de la vida cotidiana.
La luz como fenómeno visual
Hoy os quiero presentar las luces del Rocío en un sentido físico y como fenómeno visual, de esas luces que se despliegan ante nosotros con gran belleza en los caminos de peregrinación de las hermandades a el Rocío y que están presentes en todas las facetas y actos de la Romería.
Realmente nunca había conocido una fiesta con tanta variedad de luces y atmósferas como la Romería del Rocío. Estas luces se manifiestan a menudo ante nuestros ojos, en una sinfonía cromática a la que contribuye el colorido de los atavíos de carretas y peregrinos y las distintas tonalidades de los parajes que atraviesan las hermandades.
Hay toda una diversidad de luces que guardan relación con varios aspectos fundamentales:
El primero de ellos se relaciona con las fuentes de iluminación que se dan en la Romería, bien sean las luces solares desde el amanecer hasta el atardecer en el camino, la variedad de luces de la procesión de la Virgen desde la madrugada a su entrada en el Templo, o el fuego de las velas, bengalas y hogueras del camino ya prácticamente perdidas.
El segundo aspecto es la posición relativa del foco o focos de luz respecto a la escena, según la iluminen desde una posición frontal, lateral o a contraluz de la misma. También la altura y la potencia de la fuente de luz hace que las sombras que proyectan sean más o menos alargadas e intensas, sombras que llegan a tener un gran valor compositivo y expresivo en las imágenes captadas por la cámara.
El tercer aspecto importante es la luz reflejada, que da vida, fuerza y embrujo a las imágenes que contemplamos. Esta luz reflejada se proyecta y mezcla aleatoriamente con los filtros del polvo que levantan carretas, caballería y peregrinos al desplazarse, las humaredas de las bengalas, la luz que se filtra entre los pinares al paso de las hermandades, los reflejos de las hermandades sobre el agua al atravesar vados y ríos… Una combinación infinita de fuentes de luz y luces reflejadas, que se nos muestra a veces en imágenes de una gran fuerza y belleza plástica.
Las luces del Rocío guardan una estrecha relación con los cuatro elementos: aire, tierra, agua y fuego, que están presentes en muchas facetas de la Romería.
Desde esta perspectiva voy a comentaros aquí varias imágenes, con una relación significativa con estos elementos, que nos dan pinceladas de escenas rocieras, en donde la luz juega un papel determinante.
LUCES DEL ELEMENTO AIRE EN EL ROCÍO
Una de las cosas que me atraen especialmente del camino del Rocío son las atmósferas que se forman al levantarse el polvo de la arena al paso de las hermandades y sus carretas, creando así diferentes filtros en relación a la dirección del aire y a la posición del Sol, lo que se combina a veces de forma espectacular al transitar las hermandades entre las arboledas.
En este caso el carro de Gibraleón va quedando gradualmente envuelto en una nebulosa de arena al avanzar los mulos que lo arrastran, quedando realzados los contornos del mismo por los efectos lumínicos de la escena a contraluz.
LUCES DEL ELEMENTO AGUA EN EL ROCÍO
Como ya he expuesto el agua es un elemento que está presente en el Rocío, sobre todo al atravesar las hermandades ríos y vados.
Me llama especialmente la atención los reflejos en las aguas al paso de carretas y romeros. Traigo aquí una de mis fotografías más emblemáticas a la que tengo un gran cariño, que hice en el Vado de Quema en 1986 y que publiqué en mi primer libro sobre la Romería ‘Rocío, Surcos de Luz‘ (1987) .
Lo que da un cierto aire impresionista a la foto, son los reflejos en el agua de los vestidos de las gitanas, que no aparecen en la imagen y están en la orilla de enfrente, así como los de la pareja del tamboril y la flamenca.
Hoy sería imposible hacer esta fotografía debido a la enorme masificación que se ha producido desde entonces, que hace que las aguas quedan ocultas y removidas por la muchedumbre y no tengan por tanto la calma, limpieza y transparencia necesarias para reflejar las imágenes como un espejo.
LUZ Y ELEMENTO TIERRA EN EL ROCÍO
He escogido esta fotografía de Jerez avanzando por el Cerro del Trigo para representar el elemento tierra. Siempre suelo tener en cuenta y elijo en lo posible la iluminación de la escena, en este caso el Sol es lateral y desde atrás, cuando empieza a caer la tarde.
El encuadre y la composición de la fotografía definen varios términos que dan profundidad a la escena. A esto ayuda el desenfoque producido por las atmósferas de fondo y el colorido de las carretas que contrasta con los tonos más uniformes de la arena y la fuerza de las sombras proyectadas en la arena.
El contraste cromático realza mucho más a los caballistas y carretas, éste se produce entre los azules de las partes en sombra de caballos y carretas que avanzan a contraluz y los tonos cálidos de las partes iluminadas y de la arena.
LUZ Y ELEMENTO FUEGO EN EL ROCÍO
Elijo aquí un elemento de fuego especialmente atractivo de los rituales religiosos del Rocío, como son las bengalas encendidas que acompañan a los Simpecados de las hermandades, cuando estos caminan hacia la celebración del Rosario Grande.
Me atrae la magia y el embrujo de escenas como esta, el as que aparecen continuos contraluces y escenas un tanto fantasmagóricas, que se producen al desvanecerse a veces parte de la comitiva, tras los filtros de distintos colores de las humaredas, que van cambiando caprichosamente según la dirección del aire.
Hay otras muchas otras luces de esta grandiosa y universal Romería sobre las que me gustaría hablaros en próximas publicaciones. Mi intención es revelaros trucos desde mi experiencia personal, que hagan que una foto a pueda ser más atractiva.
Si os ha gustado la entrada de hoy, espero que lo compartáis en vuestras redes sociales y os animo a que me comenteis que os ha parecido este artículo y si queréis saber algo más acerca de la luz dejarlo por aquí, ¡nos vemos en el próximo post!